sábado, 19 de abril de 2008

Ahora queda la AmistaD


Bueno llego el momento, no es una despedida, pues a partir de ahora creo que te voy a ver mas que nunca, pasas de ser mi compi, mi compi del alma a mi hermano. atrás quedan dos maravillosos años trabajando dia a dia, mano a mano, dos años que nunca voy a olvidar.

Tu te tienes que ausentar, cuestiones de la vida, sera unos meses solo, pero alli dentro para mi seran años, y repito se que fuera te voy a tener, pero que largo se me hace ya, y eso que aun hoy estas.

No vale, siempre he querido ser yo, el que, en cualquier caso, abandonase primero.

Aun recuerdo aquel dia, en el que desde lejos nos mirabamos, ya sabiamos que desde ese dia empezariamos juntos un camino, quien iba a decirnos cuanto maravilloso seria. desde entonces, nos hemos reido, hemos llorado, nos hemos confesado, collejeado (porque no jaja), hemos crecido pero sobre todo nos hemos conocido, sabemos como es el otro perfectamente, algo que me ha llevado, hablando por mi, a adorarte, a quererte, a sentirte como lo que hoy, dos años despues de aquella mirada, eres, mi hermano.

Pero esto no es una despedida, pues, como ya he dicho antes, nos vamos a ver ahora mas, solo que ese rinconcito, donde nos conocimos, donde hemos pasado la mayoria de todo este tiempo juntos, se va a quedar algo vacio, y decir algo, es decir lo infinitamente minimo.

Estoy nervioso, obviamente no tanto como tu, no soy yo quien se opera, pero, me da un poco de miedo lo que viene, como no, mi miedo siempre conmigo.

Pues, solo decirte, que gracias, gracias por todos estos dias de pleno compañerismo, gracias por todos y cada uno de ellos. Sabes muy bien que te voy a extrañar "compi"


lo sabes, Gracias

jueves, 17 de abril de 2008

lunes, 14 de abril de 2008

Saltemos al vacio, para recordar el vertigo de otro tiempo...


Encerrado en mi habitacion, asi se me han pasado las horas de una larga y desaprovechada tarde, en la cual he podido rastrear cada milimetro de mi habitacion. Locura pues. Entre decenas de ocurrencias me decidi a regresar al pasado, a ese que me gusta recordar, al que me me gusta viajar, y que mejor que hacerlo de la mano de las fotografias. Bonitos momentos que quedaron atras, pero que jamas creo que pueda olvidar.

Entre foto y foto, un correo que entraba en mi bandeja me sorprendia, el regreso, por decirlo de alguna manera, del dr house, como mi buen amigo lo bautizo, un enfermero que paso por mi vida, con el cual, hoy puedo decir que no me porte nada bien. y no es que le hiciera la vida imposible, ni mucho menos, solos nos conocimos a traves de un chat, quedamos, disfrutamos de una peli juntos, y vino la decepcion, me gustaba lo reconozco, pero de entrada fallo algo, el tamaño, y no del miembro si no de la estatura, lo siento, pero aquel factor me pudo, un factor que la vida apenas unos meses despues me cobro con la misma moneda, poniendome a mi en la otra cara.

bueno pero no toda la culpa de que aquello saliera mal fue mia, pues a el le acompañaba una extraña obsesion, quizas solo fue una excusa mas, pero me agobió, llamadas continuas, mensajes, me puso de borracho por ir un dia a la feria, y todo esto por no poder quedar con el, vamos, que en aquel momento aquello, por lo menos a mi manera de ver, no tenia mucho futuro... y asi fue, porque una semana despues no volvi a saber de el, hasta hoy. Seis meses despues, extraño no.

su correo no decia gran cosa, una pregunta y poco mas, y si, he sido educado y he respondido... ¿la pregunta? pues que si despues de tanto tiempo veia las cosas con otra perspectiva, y si, claro que la veo, mejor dicho, claro que me veo, me veo que me porte como un autentico gilipollas, que le negue la oportunidad de dejarse conocer, solo por ser bajito, que le di esperanzas, cuando yo ya habia decidido que aquello no seria ni llegaria a nada...



...pero la vida es justa, si señor, justa pues, me lo cobro bien caro despues a mi

Frases de "El Camino de los Ingleses"


Arranca el verano a la orilla de una vida y de un verano, descubristeis que vuestro corazon puede ser una casa vacia o un acera por donde solo de tarde en tarde pasa la fortuna, que vuestro corazon vuele lejos[...] levantemos pues el telon a la vida de los incocentes


Saltemos al vacío para recordar el vértigo de otro tiempo...


Jamas vimos las costas de Africa


Despues seguiremos teniendo un otoño lluvioso, amigos del corazoon y del tiempo, pero ahora nos toca la recompesa del dulce sol. Aprovechen sus rayos, y como el cielo, amigos del tiempo, abran su pecho a la luz. Es nuestra vida, es nuestro tiempo.


Llueve. Lueve, y la lluvia nos lleva a lo intimo, a la mano sobre la mano, al corazon junto al corazon.Los cielos lloran por nosotros, con nosotros, queridos amigos de las ondas y los dias.


Hay va miguelito, sin su riñon derecho.


Arranca el verano, suban queridos amigos de las ondas radiofonicas, suban al carrusel, no se pierdan ninguna vuelta de la noria. Saltemos al vacío para recordar el vértigo de otro tiempo, todavía los sueños eran un latido de vuestro corazón, la seda del aire os acariciaba la piel, si arranca el verano y ellos aún piensan que desde ese camino perdido de los ingleses alcanzarán una suma de gloria, piensan que desde allí verán las costas de África, el otro lado del mundo.


En el centro de nuestras vidas hubo un verano. Un poeta que no escribió ningún verso, una piscina de cuyo trampolín saltaba un enano con ojos de terciopelo y un hombre al que una noche se lo llevaron a las nubes. Los días cayeron sobre nosotros como árboles cansados.


Una palabra es un pájaro en mitad de una página. Es el infinito. Tú eres una palabra en medio de una hoja en blanco y puedes volar hasta donde quieras. Vuela. Vuela antes de que la página pase o el cielo se oscurezca. Antes de que sea de noche


No, nunca, desde ninguna terraza, desde ningún mirador, ni faro ni azotea, vimos las costas de Africa. Pero allí, detrás del horizonte, siempre intuimos el fulgor de lo desconocido. El reflejo de la vida que, quien sabe, quizas jugando en otra ruleta, habríamos podido alcanzar.

domingo, 13 de abril de 2008

Arranca el Verano


arranca el verano en mi playa. si lo se aun quedan meses, pero en cabopino ya huele a la estacion mas magica del verano. la arena ya se ha acercado a la playa, ya ha cubierto las cientos de piedras y rocas que llenaban la orilla del mar, ya se deja pasear por ella, ya deja de lucir los modelos de bañadores que cada verano los cuerpos esculturales, que no utilizan la posibilidad permitida del nudismo, nos muestran.

Los cien y un degenerados que en los meses de mas frio dan compañia a nuestars dunas comienzan a retirarse para dar paso a otro tipo de usuario de cabopino... poyafone, latinlover, wally o la vieja degenerada dejan su hueco para los que venimos hasta el cabo a tomarnos nuestros mates, a disfrutar de ese mar, de esa puesta de sol, de esas tardes de verano, en las que el sonido del mar se mezclan con alegres gritos de niños jugando, con el sonido de aquellos que aportan su musica, de los que jugamos como podemos a las raquetas, o de los que rien en el agua mientras juegan a futbol.

Cabopino se prepara, se rejuvenece y cobra vida con el verano, con la llegada de los que acuden a un lugar, sin duda unico, especial, libre... con musica propia.

las dunas quedan libres de los que tomamos el sol y acudimos mas en busca de la orilla para los que en ellas desean practicar su bouyerlanders como dice aquella, o como no, los cruisinistas... palabras mal inventadas


Arranca el verano, y como otros años, cada tarde estaremos alli, esperando volver a ver

...LAS COSTAS DE AFRICA


despues de los dias lluviosos, del tambor de la lluvia, llega la recompensa de nuestro amigo sol

Me sobra


me sobra que estemos continuamente peleando

que dejemos de darnos la mano de hermanos

solo porque haya otra persona delante

¿tan dificil es comportarnos como siempre?

me duele, me hiere marcharme asi

aun con tu abrazo

pero con la sensacion de dolor en mi pecho

o en mi corazon

¡no quiero seguir perdiendo el tiempo asi!

quiero disfrutar de mi hermano

como siempre lo he hecho

no quiero dar pasos atras ni mucho menos olvidar lo que queda en el camino

pero no quiero que nos sigamos machacando

a lo mejor soy yo, piensas tu

yo hago lo contrario

y al final, seguimos igual


quizas solo son pensamientos mios

pero hay estan


hoy, aqui, en estas frases

solo quiero decir, expresar y comprometerme

a no dejarme vencer por el miedo

a perder uno de mis tesoros

...mi hermano

sábado, 12 de abril de 2008

David Demaria, "El Perfume de la Soledad"



Qué tal te va, qué tal te fue, qué tal te ha ido
Yo sigo con lo de cantar
Y haciendo trampas al desamor
Conocí el perfume de la soledad…

Qué tal te va, qué tal te fue, qué tal te ha ido
Me alegra ver que estas mejor
Te vino bien luchar por ti
He deseado cada día que fueras feliz

Qué tal te va, qué tal te ha ido
Los meses pasan sin mirar atrás…
En este tiempo he comprendido
Que el amor no es amor, si en el fondo no duele…

ESTRIBILLO

Y tú, rompes la calma de este corazón
Sin dirección, sin latitud
Que anda siempre revuelto…

Y tú, dueña y señora de esta sin razón
Rompes en dos esta inquietud
Que me desvela el sueño…

Qué tal te va, qué tal te fue, qué tal te ha ido
Son malos tiempos pa olvidar
Venciendo al miedo
Conocí el perfume de la soledad

Qué tal te va, qué tal te ha ido
Dónde quedó lo de soñar
La madurez me ha sorprendido
Recogiendo pedazos de mi tiempo perdido…

ESTRIBILLO (BIS)
Qué tal te va, qué tal te fue, qué tal te ha ido
Yo sigo con lo de cantar..

La Luna y el Grillo


Escrito por Beleth

Una noche de insomnio decidí salir a dar un paseo por la calle. Mientras iba andando trataba de comprender por qué no podía dormir... hasta que oí el sonido. "¡Ya está!" me dije, "Son los grillos los que no me dejan dormir.". Decidido a echarle una buena bronca al primer grillo que me encontrase, fui buscando por el jardín que hay cerca de mi casa.

Tras un rato de seguir el dichoso crick, crick, crick, di con uno de ellos. Estaba tan atareado con su música que cuando le hablé dio un respingo asustado.

-¡Te parece bonito el escándalo que estáis montando tú y tus hermanos a estas horas de la madrugada!.- dije yo muy enfadado.

El grillo dejó unos instantes su música y me contestó: - Te pido disculpas, humano, pero la maldición que pesa sobre mí y mis hermanos nos obliga a cantarle a la Luna todas las noches. -

-¿Una maldición?- pregunté yo muy intrigado.

- Si tienes un rato te contaré la triste historia de Alfredo, nuestro antepasado. - se ofreció.

Yo tomé asiento en el jardín, crucé las piernas y dije: - Estoy dispuesto. -

" Bien, esta historia ocurrió hace mucho, mucho tiempo. Mi antepasado, Alfredo, era un juglar que iba de ciudad en ciudad, de país en país contando historias y tocando el violín en las plazas para ganarse la vida. Era un trotamundos incorregible que nunca podía pasar más de tres días en el mismo sitio.

Un día estaba tocando en el patio del castillo de la ciudad principal de un gran reino. Ese día estaba contando para la guardia la historia de un famoso asedio mientras que amenizaba las escenas de batallas con su violín.

Cuando estaba en uno de los momentos más emocionantes del relato entró en el patio del castillo un carruaje bellamente adornado con rosas blancas y tirado por siete corceles del mismo color. Durante un momento fugaz, Alfredo pudo ver entre las cortinas del carro una tez blanca y delicada adornada con unos preciosos labios encarnados y unos ojos negros que le llegaron hasta el corazón destruyendo todas las barreras que su sed de aventuras había impuesto al amor durante toda su vida.

Alfredo quedó totalmente ensimismado, hasta tal punto que se olvido de la historia que estaba contando. Cuando se recuperó del impacto tartamudeó unas disculpas y comenzó a tocar una canción de amor. Los guardas, decepcionados por el cambio, se alejaron murmurando.

Alfredo preguntó a la gente del lugar y se enteró de que la joven a la que había visto era la princesa Alejandra. Pero también le contaron que su padre había muerto y que ahora regía el reino su madre, la reina bruja. La gente murmuraba que la reina practicaba la magia negra, aunque los que murmuraban eso muchas veces solían desaparecer para siempre. Otros decían que en los últimos tiempos el número de sapos había aumentado mucho, y quien sabe si aquello tenía algo que ver con la reina...

Lo que sí era cierto era que la reina estaba buscando marido para su hija. Pretendía utilizarla para realizar un matrimonio de conveniencia con algún otro país rico. El problema es que hasta el momento siempre las habían rechazado. No por la princesa, que los príncipes estaban encantados de tenerla como esposa, sino por la reina. Sólo de ver la clase de suegra que les iba a tocar en gracia las despedían de la forma más cortés que podían y en el plazo de tiempo más breve que se atrevían (no fuese que la reina se enfadase y lanzase una maldición).

Esa misma noche Alfredo fue al pie del torreón donde la princesa tenía sus aposentos y comenzó a entonar canciones de amor acompañado por su violín. Era la melodía más dulce que se había escuchado nunca, la princesa por fin salió a la ventana y empezó a responder a las frases de amor de su pretendiente con una voz comparable a las de los coros celestiales.

Y así fue noche tras noche, y tanto la princesa como Alfredo estaban cada vez más enamorados. Hasta que una noche todo aquello despertó a la reina, cuando vio lo que pasaba se llevó las manos a la cabeza. ¡Su hija enamorada de un juglar!. Lo que le faltaba, encima de que no podía casarla con un rico príncipe se le enamoraba de un vagabundo. Como tenía el corazón más negro que el carbón decidió acabar con todo aquello y quedarse con el reino para ella sola. Pero para eso debería quitar a su hija y al juglar de en medio. Entonces urdió el plan más perverso que nunca se ha urdido.

Con un gesto de su mano desapareció de su cámara y apareció junto al juglar, al pie del torreón. Al verla aparecer, la princesa dio un grito porque estaba convencida de que la reina convertiría a Alfredo en un sapo.

Pero no fue así. La reina, con el tono más pastoso y meloso que podía poner, le dijo al juglar:

- Si pretendes a mi hija deberás pasar tres pruebas mágicas. Al cabo de las cuales podrás tener su mano si logras alcanzarla allá arriba. -

- De acuerdo,- dijo Alfredo - dime que pruebas he de pasar. -

La primera prueba que Alfredo debía afrontar consistía en buscar el Gran Diamante del Rey de las Cavernas. La reina de dijo a Alfredo que ese diamante se encontraba en el Reino de la Piedra.

Alfredo recordó una canción que decía que para entrar al Reino de la Piedra sólo había que ir a cualquier cueva del mundo y buscar allí una entrada. él se dirigió a una cueva de cuarzo que había en el jardín del palacio y buscando entre los prismas de cuarzo encontró uno que se movía a modo de palanca. Lo movió y dos enormes columnas de cuarzo se separaron para dejar paso a un oscuro pasillo de cristal.

Comenzó a andar por el pasillo. Este al poco comenzó a descender en espiral. Alfredo sabía que avanzaba porque las paredes iban perdiendo su textura cristalina para dar paso a un pasillo cuadrado de paredes doradas. Alfredo se agachó para investigar qué podía ser aquello y cuan grande fue su sorpresa cuando vio que aquello era oro. Si los habitantes de aquel reino construían los pasillos con oro... sus riquezas debían ser impresionantes.

Cuando Alfredo empezaba a pensar que iba a salir por el otro lado de la Tierra el pasillo terminó y se abrió a una enorme caverna de cristal de la que no se veía el techo. En algún lugar, allá arriba, miles de luces se reflejaban contra las paredes de cristal de roca como si el sol se hubiese roto en un millón de trozos y cada uno de ellos se hubiese metido en un prisma de cristal.

En el centro de la enorme caverna había un gran lago de aguas transparentes, y justo en el centro de este lago había una ciudad de mármol blanco. La ciudad tenía ocho torres de mármol verde que parecían agujas. En la parte más alta de la ciudad se levantaba un gran castillo que parecía ser de plata.

Fue hasta un embarcadero, donde cogió una barca de acero negro que le llevó hasta las puertas de la ciudad. Una vez en la Ciudad de la Veta preguntó dónde podría ver el Gran Diamante. La respuesta fue siempre la misma, el gran diamante lo guarda el rey en sus habitaciones privadas y sólo pidiendo audiencia se podía ver.

Tras mucho andar por las habitaciones de palacio convenciendo a unos y a otros de la necesidad que tenía de hablar con el rey, Alfredo consiguió una audiencia con él. Al entrar en el salón del trono, una majestuosa sala de mármol negro, Alfredo se arrodilló ante el Rey y respetuosamente le dijo:

- Majestad, provengo del mundo exterior. - al decir esto un murmullo se levantó entre los cortesanos - Una noble empresa, el amor, me ha impulsado a venir a pediros el Gran Diamante. Sé que es de gran valor para usted, pero para mí tiene un valor incalculable porque sin él no podré reunirme con mi amada. -

Alfredo le habló al rey de su amada Alejandra, de la malvada Reina Madre y de las tres pruebas que esta le había impuesto. El Rey escuchó atentamente a Alfredo, pero aunque le pesaba no le pudo conceder su deseo:

- El Gran Diamante no sólo tiene un valor incalculable, sino que además es el símbolo de mi pueblo. Es por eso que no te lo puedo entregar.- dijo el Rey entristecido - Además, no podrás volver al mundo exterior. -

Cuando el Rey dijo esto Alfredo se quedó pálido: -¿Por qué? - preguntó.

- Porque si subieses al exterior y hablases de las riquezas de nuestro reino, los hombres del exterior querrían venir a apropiarse de todo esto. - le contestó el Rey - Así es la ley . Que nadie que provenga del exterior pueda volver allí con vida. No te preocupes, el Reino de la Piedra es un lugar hermoso para vivir.-

Alfredo estaba desesperado. No sólo no podía conseguir el Gran Diamante para superar la primera prueba... sino que además no podía volver a la superficie para ver su amada.

Salió del palacio cabizbajo y tras dar unos pasos se sentó apoyado contra una de las paredes de plata y comenzó a tocar una canción muy triste con el acordeón que le había regalado su abuelo.

Casualmente Alfredo se había sentado bajo al ventana de los aposentos del Rey. En el Reino de la Piedra no sabían lo que era la música, así que el Rey nunca había oído algo así. Se asomó a la ventana y vio que la fuente de aquel sonido tan agradable y triste era Alfredo. El Rey llamó a su ayudante de cámara y le dijo que quería ver a Alfredo a solas.

Alfredo estaba tan concentrado en su música que no vio a los guardias hasta que estuvieron a su lado.

- El Rey quiere verte. - le dijeron - Acompáñanos.-

Alfredo los siguió y le llevaron hasta la antesala de los aposentos del Rey. Allí estaba el Rey esperándole en un butacón. Le pidió que tomase asiento y le preguntó:

- ¿Qué era ese sonido que estabas haciendo? - preguntó el Rey.

Alfredo se quedó un poco contrariado, pero tras pensar un par de segundos dijo: - Música. -

- ¿Música? - preguntó el Rey - Nunca habíamos escuchado nada así en mi reino. Quiero que me enseñes a hacer... ¿Cómo has dicho que se llama? .-

- Música, majestad. - respondió Alfredo.

- Eso, música. - dijo el Rey.

Alfredo le enseñó a tocar el acordeón. Y no sólo canciones tristes, sino también canciones alegres para bailar. Tras un mes de clases intensas, el Rey hizo su debut desde el balcón del palacio. Congregó a sus súbditos en el patio del castillo y comenzó a tocar una canción de baile. Al principio nadie reaccionó, pero tras unas pocas notas un ligero movimiento de baile comenzó a extenderse entre la multitud. Ese ligero movimiento como una ola aumentó hasta que toda la plaza bullía con la alegría del baile. El Rey tocó durante horas, hasta que todos estuvieron tan cansados que tuvieron que irse a su casa a dormir.

El Rey estaba loco de alegría y cuando terminó el baile se dirigió a Alfredo y le dijo:

- Has traído alegría a mi pueblo. Pide lo que quieras como recompensa. -

Alfredo vio cumplidos sus deseos y dijo: - Me gustaría que me concedieseis volver a la superficie con el Gran Diamante. -

El Rey lo pensó unos instantes. Finalmente contestó:

- De acuerdo, pero con dos condiciones. - le dijo e Rey.

- Las acepto. - contestó Alfredo.

- Pero todavía no te las he dicho. - repuso el Rey.

- No me importa. - dijo Alfredo. - Sean cuales sean las condiciones las acepto. Esto significa mucho para mí.-

- Pues estas son las condiciones. La primera es que me regales tu acordeón y que toques conmigo mañana en el Teatro de Zafiro. -

- Acepto. - dijo Alfredo.

- La segunda es que cuando hayas conseguido reunirte con tu amada vuelvas con ella y me enseñas más canciones. Os aseguro que vuestra estancia aquí será muy agradable, seríais mis invitados personales. -

- Acepto encantado. - respondió Alfredo.

Y así Alfredo acompañó al Rey con su violín en el Teatro de Zafiro. El concierto fue un rotundo éxito y por todo el Reino de la Piedra se abrieron escuelas de música. Al día siguiente Alfredo volvió a la superficie con el Gran Diamante del Reino de la Piedra.

La segunda prueba consistía en conseguir El Caldero de Coral de la Bruja de los Mares. La cueva de la Bruja de los Mares estaba en un volcán en el fondo del océano. Alfredo no sabía como llegar allí sin ahogarse así que fue a consultar al Mago Aleteres, que era amigo suyo.

Alfredo llegó a la Torre de la Magia, donde vivía Aleteres, llamó y el mago le invitó a pasar.

- ¿Qué te trae por aquí Alfredo? - le preguntó Aleteres mientras encendía su pipa.

Alfredo le contó la historia de Alejandra, el Reino de la Piedra y las misiones que debía llevar a cabo.

- Y la misión que debo afrontar ahora me lleva al fondo del océano. - dijo Alfredo - Pero no sé como llegar a la cueva de la Bruja de los Mares sin ahogarme. -

- No te preocupes. - le tranquilizó el mago - Yo prepararé una poción mágica que te permitirá respirar bajo el agua durante algún tiempo. Pero he de advertirte que la Bruja de los Mares es muy peligrosa. -

- Lo sé. - dijo Alfredo - Pero por Alejandra haría cualquier cosa. -

Con esto consiguió la pócima para respirar el agua y alquiló un barco que le llevase al lugar donde estaba la cueva de la bruja. Cuando estuvo sobre la cueva se tomó la poción y se lanzó de cabeza al agua. Al principio tubo una sensación de ahogo, pero al poco comenzó a respirar como si estuviese en un prado de primavera.

Nadó y nadó hacia el fondo hasta que por fin comenzó a ver el cráter del volcán. A pesar de estar bajo el agua estaba incandescente y continuamente se desprendían de él enormes burbujas de vapor. Alfredo procuró evitarlas para no quemarse y al acercarse un poco más vio como los ríos de lava salían del volcán para quedar petrificados al poco. Todo alrededor del volcán estaba muerto y no se veía ningún animal.

Alfredo comenzó a sentir un desagradable olor a azufre que se iba intensificando a medida que se acercaba al monte de fuego. Tras dar un par de vueltas alrededor del cono del volcán, encontró la entrada a una gruta que se hundía en el interior.

Alfredo entró en la gruta, y a medida que iba avanzando los ruidos de las erupciones eran más fuertes, como si toda la gruta fuese a reventar y a llenarse de lava de repente. Finalmente, al doblar una esquina, se abrió ante él el laboratorio de la bruja. El suelo era una capa de fango gris en la cual estaban apoyados los muebles. Estos estaban estropeados y se veía que poco a poco se iban hundiendo en el fango. Encima de las mesas había partes de todo tipo de criaturas y muchos tipos de rocas. En las estanterías había montones de frascos llenos de cosas medio podridas y otras vivas que se retorcían. Flotaba en el ambiente un intenso olor a putrefacción, que mezclado con el olor a azufre hizo que Alfredo se marease un poco.

Alfredo entró cautelosamente en el laboratorio. No parecía haber ningún rastro de la bruja, pero tampoco vio el Caldero de Coral por ninguna parte. Se asomó a otra habitación y allí estaba la bruja. Era alta y huesuda, vestía una túnica hecha con algas de color pardo y llevaba en el pelo un tocado de perlas. Cuando Alfredo alcanzó a verle la cara tuvo que reprimir un grito de miedo, no tenía cara. En su rostro sólo había una boca y unas orejas.

- Adelante. - dijo la bruja - Te he estado escuchando desde que entraste en la gruta. Eres bastante ruidoso. -

Alfredo se sobresaltó. Había intentado no hacer ningún ruido, pero la bruja le había descubierto al entrar en la gruta. Sin duda era imposible esconderse de ella, ya que era capaz de escuchar cualquier ruido.

- Bien pequeñín. - dijo la bruja - Has entrado en mi casa, y quiero que sepas que nunca nadie ha escapado de aquí con vida. Creo que me vendrás muy bien para la cena. -

Alfredo estaba convencido de que la bruja cumpliría su amenaza. Pensó frenéticamente en cómo escapar de aquella situación. Pensó en qué mensaje le daría su amigo el mago... ¡Claro! Eso era, su amigo el mago. Alfredo recordó el pergamino que años atrás le diese su amigo. Entonces le dijo: - Toma este pergamino, ábrelo sólo cuando tu vida corra el mayor de los peligros. -

Alfredo buscó el pergamino en su bolsa rogando porque el agua no lo hubiese estropeado. Finalmente lo encontró, parecía estar en perfecto estado, lo desenrolló y echó una ojeada a lo que había escrito en él. Se trataba de una canción para violín. Alfredo se preguntó cómo una canción podría salvarle la vida... pero como la magia era un arte misterioso decidió probar suerte.

- He venido para alabar vuestra belleza con una bonita melodía de mi violín. - le dijo Alfredo a la bruja.

- Vaya, tienes buen gusto. - dijo la bruja halagada - Luego veremos si sabes igual de bien. Ahora, toca. -

Alfredo tomó su violín y comenzó la melodía. Era una melodía muy suave y tranquila, casi como una nana. Cuando iba por la mitad de la canción, la bruja comenzó a roncar sonoramente. ¡Se había dormido! El pergamino debía contener algún tipo de sortilegio para dormir. Cuando separó el arco de las cuerdas del violín, el pergamino se convirtió en cenizas que se esparcieron con el agua.

Con mucho cuidado de no despertar a la bruja, Alfredo buscó el Caldero de Coral. Lo encontró encima de un fuego mágico. Lo cogió y siempre sin hacer ningún ruido salió de la cueva llevando consigo el segundo objeto para la reina.

Ya sólo le quedaba una prueba por superar, pero era la más difícil. Se trataba de conseguir la Capa Oscura, que pertenecía al malvado mago Antraf. Antraf vivía en una gran torre de piedra negra, custodiada por seres mágicos creados por Antraf.

A medida que Alfredo se iba acercando a la torre de Antraf el paisaje se iba volviendo cada vez más yermo. Poco a poco comenzaron a escasear los árboles, luego la hierba se volvió amarillenta hasta que al final no había nada vivo, la Torre Negra se encontraba en mitad de un desierto.

Pronto el caballo de Alfredo no pudo seguir andando por las dunas, así que lo liberó y siguió a pie, confiando que no quedase mucho trecho para llegar a la torre. Al poco notó que la arena estaba cada vez más suelta, hasta que al dar un paso se le hundió la pierna en la arena. Intentó en vano liberarse, se encontraba atrapado por la arena, como si una mano le hubiese cogido por las piernas. De repente una duna que había unos metros más allá comenzó a cambiar de forma hasta convertirse en un rostro de arena que sonreía malévolamente. Inmediatamente toda la arena que había alrededor de Alfredo comenzó a agitarse como si estuviese hirviendo. De repente el suelo comenzó a elevarse y a tomar la forma de un gigante de arena en cuya mano estaba atrapado Alfredo.

El gigante soltó una carcajada que sonó como un trueno y se dirigió hacia la Torre Negra llevando a Alfredo. Al llegar hasta el edificio, el gigante soltó a Alfredo en el balcón de la punta de la torre.

Mientras veía como el gigante de arena volvía a su puesto, Alfredo se preguntaba por qué no le había matado y por qué le había traído hasta la torre.

- Esa pregunta tiene una respuesta muy sencilla. - dijo una voz desde detrás de la puerta del balcón. La voz le resultó familiar a Alfredo, pero no conseguía recordar a quién pertenecía.

- Vamos, entra. No te quedes ahí todo el día. - dijo la voz. Alfredo descorrió una cortina de terciopelo negro que tapaba la puerta y entró en el laboratorio del mago.

Poco a poco sus ojos se fueron acostumbrando a la penumbra que reinaba en el laboratorio y pudo distinguir que las paredes estaban forradas de estanterías con montones de libros y frascos de cristal. En mitad de la habitación había una mesa con montones de artilugios irreconocibles para Alfredo. De espaldas a él, sentado en un butacón había un hombre con una túnica tan negra que parecía absorber toda la luz.

La sorpresa de Alfredo cuando el hombre se levantó y se giró fue mayúscula, era su amigo el mago Aleteres.

- ¡Aleteres!- dijo Alfredo perplejo - No comprendo... ¿Eres Antraf? -

Aleteres sonrió y dijo: - No, no soy Antraf. Hace muchos años que le derroté en una batalla mágica y le gané su torre. Desde entonces la utilizo como lugar de reposo, le leyenda que pesa sobre esta torre es suficiente para mantener a los intrusos alejados. Y a aquellos que, como tú, se atreven a asomar las narices por el desierto, me limito a espantarlos con el gigante de arena. -

- Pero... ¿Entonces tú también haces cosas malvadas? - preguntó Alfredo sin acabar de comprender.

- No. - respondió el mago - ¿No te has dado cuenta que hace mucho que no se oía hablar de Antraf? Debe estar lamiéndose las heridas en algún lugar preparando su venganza contra mí. Yo me limito a explotar la leyenda que él creó sin hacer ningún mal a nadie.-

- Pero vamos al asunto que te ha traído hasta aquí. - continuó Aleteres. - Has venido a por la Capa Oscura. -

- Sí.- respondió Alfredo - ¿Me la darás? -

- La Capa Oscura es un artefacto mágico. - respondió Aleteres - Y como tal puede ser muy peligroso en manos de la Reina Bruja. Tendrás que ganártelo. -

Diciendo esto Aleteres murmuró unas palabras arcanas y una bola de cristal apareció en su mano.

- Tendrás que romper esta bola si quieres que la Capa Oscura sea tuya. - dijo Aleteres -Que comience la cacería. -

Entonces la bola salió disparada de la mano de Aleteres atravesó la puerta haciendo un agujero en ella. Alfredo abrió la puerta y se encontró al pie de una larga escalera de caracol. La bola de cristal estaba bajando a gran velocidad. Alfredo corrió escaleras abajo y en un par de ocasiones que tropezó estuvo a punto de rodar por las escaleras, cuando llegó al final de la escalera estaba exhausto. La bola estaba allí, a un par de metros de él, si saltaba por sorpresa quizá pudiese cogerla en la caída y estrellarla contra el suelo. Pero cuando saltó la bola hizo una rápida finta y Alfredo se dio de narices contra el suelo.

Algo parecido a una risita salió de la bola mientras que esta se perdía en lo que parecía un laberinto de habitaciones. Alfredo tenía claro que con la velocidad no le iba a ganar a aquella escurridiza pelotita, así que pensó en tenderle una trampa. Como era ventrílocuo pensó en engañar a la bola. Es escondió tras una puerta con una bolsa en la mano y esperó a que la pelota pasase por allí. Entonces hizo que su voz gritase desde la dirección opuesta a la que él estaba: - ¡Ya te tengo, ahora no escaparás!.-

La bola de cristal reaccionó inmediatamente y salió disparada en a Alfredo. Esta la esperaba con la bolsa abierta y la metió dentro. Cuando creía que por fin había atrapado a la bola, esta dio un tirón dentro de la bolsa e hizo que Alfredo cayese al suelo. La bola, dentro de la bolsa, empezó a correr arrastrando a Alfredo tras de sí por el suelo como si fuese un caballo desbocado. Lo llevó por montones de habitaciones haciendo que Alfredo chocase con todos los muebles. Finalmente la bola se metió por debajo de un mueble por el que Alfredo no podía pasar y tras un doloroso cabezazo tuvo que soltar la bolsa.

La bola salió de la bolsa y tras hacerle burla a Alfredo se fue corriendo otra vez. Alfredo tuvo que ir recorriendo todas las habitaciones para recoger todas las cosas que se le habían caído durante la carrera. Cuando encontró el violín se le ocurrió una idea luminosa. Había escuchado de mujeres que al emitir un grito muy agudo habían roto copas de cristal. Así que Alfredo ajustó su violín para producir el tono más agudo posible y buscó a la bola. Cuando la encontró se puso delante de ella, no muy cerca para no asustarla, y se llevó el violín al hombro. Bastó con que rasgase una sola vez la cuerda de su violín, para que todos los cristales de la habitación estallasen, incluida la bola. Esta se rompió en montones de puntitos de luz que se reunieron más tarde para dar forma a la Capa Oscura.

- Enhorabuena. - dijo Aleteres apareciendo de la nada - Una maniobra muy inteligente. La Capa Oscura es tuya. Ahora podrás ir junto con tu amada. -

Alfredo le dio las gracias a Aleteres y después de que el gigante de arena lo transportase hasta el borde del desierto se dirigió al castillo donde estaba su amada.

Cuando por fin Alfredo le entregó a la Reina Bruja el tercer objeto, ella invocó un huracán que los llevó al pie de la torre. Entonces la reina le dijo:

-Bien, has cumplido con tu parte. Ahora cumpliré con la mía. Si puedes alcanzarla, la princesa será tu esposa.

- Nada más fácil. - contestó Alfredo - He escalado muros mucho más difíciles que este. -

Y cuando Alfredo empezó a escalar, la reina introdujo el Gran Diamante y la Oscura Capa en el Caldero de Coral y pronunció el siguiente conjuro:

Por el poder de los Mares, la Tierra y los Avernos,

Yo, la reina bruja te maldigo a ti, Alejandra,

a que a partir de ahora seas inalcanzable por ser mortal.

Yo, la reina bruja te maldigo a ti, Alfredo,

para que tú y tus descendientes, toquéis incansablemente el violín para tu amada.

Y para que nadie conozca vuestros nombres, Alejandra y Alfredo,

se olvidarán para pasar a ser Luna y Grillo.

Alfredo estaba a punto de alcanzar la alcoba de su amada, y no vio como, al acabar el conjuro, el Gran Diamante se elevó desde el Caldero de Coral. La piedra preciosa refulgía como cientos de estrellas juntas y se detuvo levitando frente a la ventana de Alejandra. Entonces la luz de la piedra se intensificó envolviendo a Alejandra hasta que esta desapareció. Alfredo alzó una mano para tratar de atrapar la piedra, pero esta salió disparada hacia el cielo aumentando de tamaño y convirtiéndose en la prisión de Alejandra, la Luna.

En medio de su desesperación Alfredo no pudo hacer nada cuando la Capa Oscura le envolvió. Se soltó del muro y en la caída se fue haciendo más y más pequeño. Su violín se fundió con él y la capa se volvió dura hasta formar una coraza. Cuando llegó al suelo, era un grillo."

- Y es por eso que todos los grillos nos vemos obligados a tocar el violín para la Luna. - me dijo el grillo - Porque allí se encuentra prisionera Alejandra. -

Con lágrimas en los ojos por la emoción me levanté, le presenté mis disculpas al buen grillo. Y le dije que siguiera tocando, que nunca más volvería a quejarme por su música. Y como era muy tarde ya, me fui a dormir, y soñé con el día en que un grillo conseguiría liberar a Alejandra de la Luna.

FIN

viernes, 11 de abril de 2008

SI, esta es mi vida


asi es mi vida, una forma continua de sueños, alcanzables o no, un continuo mundo de ilusiones, en el que realizadas o no sigo adelante, sigo con mi vida.
puedo caer un dia, puedo volver a caer al siguiente, y asi puedo seguir los dias que me resten de mi camino, pero no se vivir de otra manera
no es que no lo haya intentado
no es que me haya quedado en el intento
solo es que no se vivir sin sueños
no cenesito cerrar los ojos para conocer un mundo distinto
para llegar a una realidad distinta
no necesito de una pelicula, novela, libro o magia para llegar a la luna
en ella paso la mayor parte de mi vida
muchos no lo entendeis
no lo hago ni yo
y mas cuando despues vienen arrastradas mis caidas
pero, que mas da
siempre vuelvo a volar
a encontrarme en mi luna
esa que cada noche me recarga las pilas para seguir viajando
esa que me da las fuerzas para seguir amando al amor
ese que aun a dia de hoy no he encontrado
o por lo menos que no me haya correspondido
pues amar amo, quizas demasiado
por lo menos para no ser correspondido
ayer cai, hoy me levanto
mañana no se
ni siquiera se como estare en unos segundo

es lo malo de vivir por y para los sentimientos

sensible de mi

Diario de una canción

“Esta mañana arrojé el diario contra la pared. No estoy segura de por qué lo hice. Antes pensaba que los periódicos se centraban en las tragedias, pero ahora sé que lo único que les atrae es la violencia, que la muerte sin ella no interesa, por más que sea colectiva y te deje sola, que es la tragedia más grande que hay”. Así comenzaba el diario personal de Eriel, el que durante una década estuvo a la venta en una feria callejera de objetos usados, el que nadie compró al ojear sus primeras páginas y el que hace dos semanas fue adquirido por el Reina Sofía al conocer el contenido de todas las demás.

Cabe puntualizar que las notas no eran registradas con fechas, pero dicho documento adquiere la categoría de diario, y no de libro de apuntes, porque Eriel, cada vez que escribía, señalaba si era un lunes, jueves o sábado; envolviendo una historia lineal en una secuencia circular de días de la semana. Sin embargo, por los datos registrados y las averiguaciones realizadas por la actual institución propietaria, se estima que las vivencias descritas transcurrieron entre 1974 y 1979.

Un viernes en el que Eriel cayó en una de sus recurrentes depresiones, fue socorrida por un débil recuerdo extraído de su infancia, cuando sus padres le aplacaban sus ganas de ser mayor, cantándole:
“Si de verdad quieres crecer y no envejecer
nunca vayas deprisa ni tampoco lento
el secreto es ir a la inversa del tiempo
pero nunca deprisa ni tampoco lento
sólo hay que ir a la velocidad del tiempo
para así comenzar a crecer y no envejecer

El que acelera el paso descubre la nostalgia
el que se queda en el momento se queda
mas el que decide crecer conservando al niño
avanza hacia atrás recuperando su inicio
y los recuerdos que traspasan el ombligo (bis)…”.

Cuando era niña no le prestaba mucha atención a la letra, sólo se dejaba llevar por la melodía que la hacía sentir arropada por un hogar. Recordaba algo más que la voz cálida de sus padres, recordaba cada uno de los instrumentos que armonizaban la letra; y, envuelta en esas sensaciones, comenzó a sentirse bien, verdaderamente bien. Era como si el recuerdo pasara a ser un presente que la introducía en un espacio donde la tristeza y la rabia estaban prohibidas. No obstante, el hambre y luego el sueño la sacaron de su burbuja, pero la sonrisa se quedó en su rostro.

A la mañana siguiente, Eriel se despertó con la firme idea de conseguir esa canción –cruzada que marcó el interés del museo por el diario–. Recorrió todas las discográficas de su ciudad sin éxito, y tampoco lo tuvo al preguntarle a sus amigos y conocidos. A raíz de eso, dejó su trabajo, cogió una mochila y recorrió todos los países hispanohablantes durante unos cuatro años.

Debido al desconocimiento de los entendidos, y no entendidos, decidió preguntarle a cualquier desconocido si le sonaba esa canción (Eriel estaba segura de que no era una canción inventada por sus padres, porque recordaba con claridad la música, y ellos no sabían tocar ningún instrumento ni mucho menos componer). Así que Eriel ingenió muchas formas para llegar a la gente y otras tantas para conseguir financiación, que fueron narradas hasta la penúltima página del diario. Coordinó una serie de obras con el Teatro de los Andes para adentrarse en decenas de comunidades recónditas, convenció a Alberto Spinetta y a Mercedes Sosa para realizar actuaciones en varias ciudades y pueblos de Argentina… y montó un centenar de acciones con actores callejeros y músicos de 18 países. Pero ninguna persona le dio lo que buscaba.

Al terminar su diario, en el lunes final, Eriel escribió: “Convencida de que yo era quien le había puesto instrumentos a esa canción familiar, decidí irme a cualquier parte. Estiré la mano y un autobús amarillo se detuvo. Había un asiento vacío junto a la ventana, al lado de un niño que llevaba un mandil con el nombre Gonzalo bordado en el pecho. El bus comenzó a moverse mientras yo no podía retener las lágrimas de impotencia, de fracaso. Traté de animarme para no llamar la atención y por manía comencé a tararear la melodía de mi canción. Y ese niño, Gonzalo, comenzó a cantar, y le siguió un joven canoso, y después un hombre muy arrugado que estaba delante, y siguieron todos los demás, hasta el chofer. Era hermoso escucharlos…
El que acelera el paso descubre la nostalgia
el que se queda en el momento se queda
mas el que decide crecer conservando al niño
avanza hacia atrás recuperando su inicio
y los recuerdos que traspasan el ombligo

Si de verdad quieres crecer y no envejecer
recuerda que el juego es el principio de todo
y recuerda que ser parte es el único modo
pero es necesario que recuerdes ante todo
que sin arrugas nunca encontrarás el modo
de retomar las huellas para no envejecer…
Y mientras los escuchaba, me di cuenta de que el bus avanzaba marcha atrás”.


por Rafael R. Valcárcel

domingo, 6 de abril de 2008

Frases "Anatomia de Grey"






Ser adulto está sobrevalorado




Fracasar o cometer un error enorme es mucho mejor que no haberlo intentado



A veces lo que esperas es peor si lo comparas con lo inesperado. La razón por la que nos aferramos a nuestras esperanzas es que lo que esperamos es lo que nos mantiene vivos, en pié, esperando. Esperar es sólo el comienzo, lo inesperado es lo que cambia nuestras vidas.



Denny: Llevo 5 años viviendo en manos de los médicos eso que me abren el pecho y deciden mi vida.No he tomado decisiones propias y ahora tengo un corazón que late y funciona.Ya puedo ser como los demás,puedo tomar decisiones.Mi vida me pertenece,puedo hacer todo lo que quiera.Ésta es la mejor parte,escuchame atentamente.
Lo que elijo eres tú.Eres con quien quiero despertarme y acostarme y todo lo que hagamos entre medias.Estoy decidiendo ahora,si tengo que elejir,te elijo a ti Izzie Stevens.





Addison: "Quiero que me hables, que me escuches... Me acuesto con tu mejor amigo y tu te vas tan tranquilo, vine desde Nueva York para restregartelo y a ti no te afecta...No sé que es lo que tengo que hacer para que me hagas caso.Oh! Si creo que si, quizás tengo que acostarme con tu veterinario pero está claro que eso tampoco funcionaria porque yo no soy Meredith GreY!!"



Cristina, podría prometer cuidarte y respetarte, podría prometer estar contigo, en la salud y en la enfermedad, podría decir hasta que la muerte nos separe,pero no lo diré, estos votos son para las parejas optimistas, para la gente esperanzada y yo no estoy aquí, el día de mi boda lleno de optimismo y de esperanzas, no soy optimista ni estoy esperanzado, estoy seguro, soy firme. Soy experto en tratar corazones, los abro, los vuelvo a cerrar, los sujeto con mis manos, soy experto en corazones y por ello estoy seguro de que eres mi compañera, mi amante, mi mejor amiga, mi corazón late por ti y en este día, el día de nuestra boda, te prometo esto, te prometo depositar mi corazón en la palma de tu mano, te prometo a mí.



Un sabio dijo una vez: puedes tener lo que quieras si sacrificas todo lo demás. Lo que en verdad queria decir, es que no hay nada que no tenga un precio, así que... antes de luchar más vale que pienses lo que quieres perder.
A menudo si se nos elige a nosotros y no al contrario, el sacrificio puede ser mayor de lo que podemos soportar.



A veces hasta la mejor de las personas toma decisiones precipitadas, malas decisiones, decisiones de las que somos conscientes que nos arrepentiremos a la mañana siguiente; bueno tal vez no del todo, porque por lo menos nos hemos lanzado pero… aún así algo en nuestro interior decide hacer una locura que sabemos que se dara la vuelta y nos mordera el culo, pero aún así, decidimos hacerlo de todos modos. Lo que quiero decir es que, recojemos lo que hemos sembrado, nos devuelve nuestros actos... es el karma y lo mires por donde lo mires es un asco. De una forma u otra nuestro karma nos obligará a enfrentarnos a nosotros mismos, podemos mirar al karma a los ojos o esperar que nos ataque por la espalda. De un modo u otro nuestro karma acaba encontrandonos. La verdad que como cirujanos tenemos mas oportunidads de que la balanza caiga de nuestro lado. Por mucho que lo intentemos no podemos escapar de nuestro Carma, nos persigue hasta casa. En realidad no podemos quejarnos de nuestro Carma, no es injusto, no es inesperado, sólo iguala la balanza. Incluso cuando estamos a punto de hacer algo el Carma siente tentaciones de mordernos el culo, aunque... nos da igual.



En algun momento hay que decidirse; los muros no mantienen a los demás fuera sino a ti dentro, la vida es un caos, somos así. Puedes pasarte la vida levantando muros, o puedes vivirla saltándolos. Aunque hay algunos muros demasiado peligrosos para cruzarlos y lo único que sé es que si finalmente te aventuras a cruzar... las vistas al otro lado son fantásticas.





Ojala hubiera un reglamento para la intimidad; una guía donde se explique cuando se traspasan los limites. Estaría bien saber cuando lo haces, aunque... no sé si podrías lograrlo. Intimas cuando te lo permiten, y sigues mientras te dejan, en cuanto a las normas… quizás no haya ninguna quizás sea uno mismo quien tenga que definirlas.



El dolor adopta formas diversas, una punzada, una leve molestia... dolor sin más, el dolor con el que convivimos a diario, pero hay dolor que no podemos ignorar, un dolor tan enorme que borra todo lo demás y hace que el mundo se desvanezca hasta que solo podemos pensar en cuanto daño hemos hecho. ¿Como enfrentarnos al dolor? Depende de nosotros.
El dolor, anestesiarlo, aguantarlo, aceptarlo... ignorarlo, para algunos la mejor manera de enfrentarse a el es seguir viviendo.
El dolor, sólo hay que aguantarlo. Esperar a que se vaya por si solo y a que la herida que lo a causado cicatrice. No hay soluciones ni respuestas sencillas, solo hay que respirar hondo y esperar a que se calme. La mayoría de las veces el dolor puede aliviarse pero a veces llega cuando menos te lo esperas, te da un golpe bajo y no te deja levantarte. Hay que aprender a aceptar el dolor, porque lo cierto es que nunca te abandona y la vida siempre lo acrecienta.






La comunicación es una de las primeras cosas que aprendemos en la vida; es curioso que conforme vamos creciendo y asimilando palabras y aprendiendo a hablar menos sabemos lo que decir o como pedir lo que queremos de verdad.
Al final no puedes evitar hablar de ciertas cosas. Hay cosas que no queremos escuchar. A veces hablamos porque no podemos estar callados mas tiempo. Hay cosas que exceden a las palabras, son producto de la acción. A veces hablas porque no hay alternativa…otras cosas te las reservas; y no siempre, pero... de cuando en cuando algunas cosas hablan por si solas.





Un viejo proverbio dice que no puedes escoger a tu familia, aceptas lo que te ha deparado el destino y te guste o no, la quieras o no, la entiendas o no, la aceptas; pero una escuela de pensamiento afirma que la familia en la que naces solo es un punto de partida, te alimentan, te visten y cuidan de ti... hasta que estás listo para adentrarte en el mundo y encontrar tu propia tribu.



No puedo ser siempre el que va más allá, si doy más pasos desapareceré.



No todas las heridas son superficiales, casi todas las heridas son mas profundas de lo que nosotros pensamos, no se ven a primera vista y luego están las heridas que nos cogen por sorpresa, el truco estar en hurgar en la herida hasta encontrar la verdadera causa del dolor y cuando la encuentras hay que dejarse la piel hasta curarlo.




Tenemos cicatrices en los lugares más insospechados como si fueran mapas secretos de nuestra historia personal, vestigios de viejas heridas. Algunas heridas se cierran dejándonos sólo una cicatriz pero otras no. Algunas cicatrices las llevamos a todas partes y aunque la herida cierre el dolor persiste.
¿Cueles son peores las nuevas heridas terriblemente dolorosas o las viejas que debieron cerrarse hace años pero no lo hicieron? Quizás las viejas heridas nos enseñan algo, nos recuerdan donde hemos estado y lo que hemos superado, nos enseñan que debemos evitar en el futuro o eso creemos aunque en realidad no es así, hay cosas que debemos aprender una y otra vez.





No sé porqué siempre estamos posponiéndolo todo,
pero si tuviera que adivinarlo diría que tiene mucho que ver con el miedo; el miedo al fracaso, el miedo al dolor, el miedo al rechazo.
A veces es miedo a tomar una decisión porque... ¿Y si te equivocas y cometes un error sin solución?
Sea lo que sea lo que nos da miedo, una cosa es cierta: Cuando el dolor de no hacer algo es más insoportable que el miedo a hacerlo, es como si cargáramos con una pesada carga. Quien duda está perdido.
No podemos fingir que no nos lo dijeron. Todos hemos oído los proverbios, a los filósofos, a nuestros abuelos advirtiéndonos sobre el tiempo perdido. Hemos oído a los poetas malditos instándonos a vivir el momento. Aunque, a veces, debemos escucharnos a nosotros mismos. Debemos cometer nuestros propios errores. Debemos aprender nuestras propias lecciones. Debemos dejar las posibilidades de hoy bajo la alfombra del mañana hasta que no podamos más, hasta que comprendamos por fin que es mejor saber que preguntarse, que despertar es mejor que dormir, y que fracasar y cometer un error enorme es mucho mejor que no haberlo intentado.







- Soy Preston Burke, un cirujano cardio-torácico de renombre; soy un profesional y además de eso soy una buena persona, una persona que limpia lo que ha ensuciado, una persona que sabe cocinar; y tú, tú eres increíblemente vaga, una interna maleducada e iracunda. Yo soy Preston Burke y tú, tú eres la persona más competitiva, más reservada, exigente y cabezota que he visto jamás... y TE QUIERO. ¡Qué coño te pasa que no me dejas quererte!



- Hace 20 minutos que he dejado mi casa.
- Muy bien.






Era feliz, independiente, y con éxito... ¡¡y me gusta ser así!! Pero cuando me dices estas cosas... es que me lo pones muy difícil, por favor, no vengas tras de mí... ¡si no es para quedarte!



Nunca dije que no estuviera asustado y herido.


Meredith- Te menti,no estoy al margen de esta relación,estoy aqui,y creo que es humillante,porque estoy suplicandote
Derek - Meredith...

Meredith- ¡¡Calla!cuando dices Meredith me pongo a gritar

Derek- Si...

Meredith- Muy bien,voy a decirlo,tu elección es simple,ella o yo,ella es una gran mujer,pero Derek,te quiero,y te quiero de tal modo que finjo que me gusta tu música,dejo que te comas el útimo trozo de tarta y no me importa que veas los deportes en la televisión,por todo lo k deberia odiarte,te quiero.Escógeme,quedate conmigo,quiéreme.